Morada Señorial, donde no hay prisa en vivir cada momento, y que es presidida por un hall importante y un mobiliario de excepción, entre los que se encuentran muebles con varios siglos de historia.

Llama la atención  el gran salón comedor con chimenea, además de contar con cocina completa, dos habitaciones dobles con cama de 150 con grandes ventanales, uno de ellos a uno de los patios de la casa y el otro a la calle. 

Es tan singular esta morada como personal, esta estancia es un espacio único idóneo para los amantes de la serenidad, y esta rodeada de rincones para alejarse del mundanal ruido.